La uva monastrell, conocida por su capacidad única de prosperar en climas cálidos, encuentra su máxima expresión en regiones bañadas por el sol. Zonas meridionales francesas, Australia, California y el levante español, especialmente en las denominaciones de origen mediterráneo, se convierten en su hábitat ideal. Pero si por algo trasciende en el levante español es por su frescura y gran versatilidad. Dos características muy particulares que Pascual Olivares supo percibir ya en los años 30 y que consiguió demostrar en su Bodega Olivares. Hoy sus nietos siguen con el proyecto con el mismo espíritu que inició su abuelo y, gracias al control que han adquirido de esta variedad, vinos como su Olivares Dulce Monastrell recoge año tras año premios y reconocimientos a nivel internacional.
Teniendo en cuenta que Olivares Dulce Monastrell solo se elabora en aquellos años en que la uva monastrell contiene las características deseadas de calidad, procede de cepas viejas plantadas en suelo franco arcilloso y a una altitud de 720 metros sobre el nivel del mar. La vendimia es manual cuando la uva está sobremadurada y ha adquirido altos niveles de concentración. En bodega, primero se lleva a cabo una maceración prefermentativa en frío y, después, una fermentación con levaduras autóctonas en depósito de acero inoxidable. Finalmente, hace la maloláctica y crianza en tinajas de barro centenarias de un mínimo de dos años.
Fruto de la mínima intervención, Olivares Dulce Monastrell se nos presenta como un vino dulce que disfruta de un exquisito equilibrio entre la acidez y dulzura. Un gran vino dulce con la gran personalidad monastrell murciana.
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