No son muchos, por no decir realmente escasos, los vinos tintos monovarietales de garnacha elaborados en el Penedès, pese a ser la garnacha una uva tradicional (indígena) del mediterráneo. En Parés Baltà, Indígena pretende ser un homenaje a esas garnachas de antaño, frescas, silvestres y golosas.
Se elabora con uvas de cepas de garnacha de 14 años, plantadas sobre suelos de margas y caliza en la Serra d’Ancosa, a 616 metros de altitud. Y se intuyen en él, a cada sorbo, los suelos pobres de la montaña y el sol de este rincón del Penedès. Es jugoso, pero también fresco, muy fresco. Su acidez, aún indómita, le augura un larguísimo porvenir, pero permite también gozar del vino de inmediato si acertamos con el maridaje; cualquier carne, o incluso pescado azul, con una buena cantidad de proteína y cierta grasa será una compañía perfecta. La boca es jugosa y amplia, tersa y enormemente larga. Los sutiles tonos tostados derivados de su breve contacto con la madera de las barricas y la redondez que la misma crianza le aporta, lo convierten en un vino de gran equilibrio, honesto, especiado y de muy buena estructura. Culmina en un final seco que recuerda a la piel de la propia uva tinta y que remata un paso por boca de complejidad inusitada.
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